jueves, 18 de enero de 2007

Un nuevo y antiguo conocimiento para el mundo

GURU PASKI

ENTREVISTA (extracto) LIBRO EN PROCESO DE PUBLICACION
Sobre la sanación
-Cuando las personas ven una escena de ayuda urgente de parte suya a un enfermo, se impresionan aunque no lo quieran. Recuerdo cuando en el pensionado “Vostok”, que está cerca de Petersburgo, una mujer cayó exánime, pero bajo su influencia al minuto ya respiraba y a los dos minutos se reía. El cuadro fue impresionante, me recordó la película Solaris, cuando la heroína toma oxígeno líquido, muere y frente a los ojos del espectador, en contados minutos, vuelve a la vida. Al ver eso en la realidad, dan ganas de preguntarle: “¿Quién es usted, Avtandil Alekséievich, y de dónde y para qué vino?”
-Llegué igual que todos. No soy del cosmos. Soy igual que los demás, sólo que Dios me brindó posibilidades que los otros no tienen.
-Avtandil Alekséievich, en el libro estás descritos casos milagrosos, a veces incluso increíbles, de sanación. Usted sana con su método, que tiene el nombre oficial “Método Sotidanandana”. Al lector puede interesarle en qué consiste el método. ¿Usted podría explicarlo?
-Yo sano con energía. Primero, paso energía a través del organismo del enfermo. El organismo, por sí solo, la distribuye donde y cuánto es necesario. Y yo después lleno el organismo con energía, para que alcance hasta la próxima vez que venga a verme.
-¿Y cómo sabe cuáles son los órganos enfermos? ¿Cómo hace el diagnóstico? ¿O con su método de sanación no es obligatorio saber las enfermedades de la persona?
-Yo no solamente sé, sino que también siento todas las enfermedades de la persona. “Conecto” mi organismo al del paciente, y siento todas sus enfermedades.
-¿Pero eso debe ser a veces muy doloroso para usted?
-Es doloroso, pero ¿qué le vamos a hacer? Yo tengo que saber cuánta energía debo darle a la persona.
-¿Acaso usted entrega distintas cantidades de energía?
-¡Por supuesto! Las personas son distintas, las enfermedades son diferentes…
-¿Y cómo determina cuánto requiere cada cual?
-Para eso es que me conecto al organismo del enfermo, para saber cuánto. El organismo no necesita energía de más. Igual como no necesita comida demás. Cuando una persona come demasiado, se siente mal. No en vano dicen: “¡No comas mucho, que reventarás!” Lo mismo ocurre con la energía. Si hay un gran excedente de energía, la persona puede reventar.
-¿Y hubo veces en que usted se equivocó con la dosis de energía?
-No, porque no empecé a sanar de inmediato, sino de a poco, partiendo por los familiares y cercanos. Y sólo cuando tuve la seguridad de que no me equivocaría con la dosificación, comencé a sanar. Y ahora tengo una experiencia tan grande, que no puede haber error.
-¿Y por qué a las personas, después de sus sesiones, al principio se les recrudecen las molestias? Como si las enfermedades volvieran.
-Sucede que la energía, al pasar por los órganos enfermos, les causa dolor, porque no están sanos. Por ejemplo, supongamos que usted se quema una mano y se pone alguna crema para que cicatrice más rápido. Pero la quemadura de inmediato se hace sentir: usted sentirá dolor incluso al tocar apenas esa parte de la piel, hasta que de a poco comienza a sanarse. Lo mismo sucede con los órganos enfermos: al comienzo duelen más, cuando la energía pasa por ellos, pero después se sanan.
-¿Eso significa que para las enfermedades más complejas se requiere más energía, y para las más simples, menos?
-No es del todo así. Depende mucho del estado general de salud del afectado, hasta qué punto está interrumpido el equilibrio en el organismo. Yo siento todo eso. Si el estado general es bastante bueno, entonces hasta las enfermedades más complicadas se sanan con facilidad y rapidez. Otras veces, la afección no es grave, pero el estado general es tan malo, que se necesita más energía y más tiempo para sanar a esa persona.
-¿Hay enfermedades que usted no pueda sanar?
-No, pero hay algunas enfermedades que han sido muy dejadas, hasta tal punto que la velocidad con que se desarrollan es más rápida que la velocidad para restablecer las funciones del órgano enfermo. Además, cuando yo le doy energía a una persona, no sólo se acelera el proceso de recuperación del sistema inmunológico, sino también el proceso de la enfermedad misma, por un lapso determinado.
-¿Y cuándo se acaba ese periodo de agudización de la afección?
-Cuando el sistema inmunológico se pone a funcionar a toda potencia. Entonces el organismo emitirá la cantidad de energía necesaria para mantener el equilibrio correcto en el organismo.
-¿Y por qué disminuyen las funciones del sistema inmunológico? ¿Porque se enferma un órgano?
-No, el sistema inmunológico está calculado para eso. En el organismo humano existen en forma permanente bacilos, microbios, estreptococos… Es algo normal. Justamente con ellos lucha todo el tiempo nuestro sistema de defensas. Y este sistema empieza a fallar cuando el organismo genera poca energía.
-¿Y por qué de pronto empieza a generar poca energía?
-No es “de pronto”. El ser humano saca la energía de la comida que consume, del agua que bebe, del aire que respira, del sol… Y todos saben que nuestra situación ambiental es mala, que en los productos existen cada vez menos micro elementos necesarios Así es como decae el nivel de las defensas.
-¿Y hay mucha gente con un nivel bajo del sistema inmunológico?
-Muchísima.
-Volvamos al “método Sotidanandana”. Usted dice que primero hace pasar su energía a través de los órganos de la persona, y el organismo por sí solo la distribuye en la cantidad y dirección requerida.
-A veces pasa que el organismo de una persona tiene dudas. Ocurre cuando hay muchas enfermedades, y todas serias. Entonces yo doy la orden de cómo repartir esa energía.
-¡¿Eso pasa?!
-Pasa.
-Y después usted llena el organismo con energía. ¿Para qué?
-Para la sanación. La energía que yo doy sana hasta la próxima sesión. No es casual que un ciclo de sanación se compone de tres sesiones. Cuando la persona llega por segunda o por tercera vez, yo siento cuánta energía gastó su organismo y cuánta más necesita. A veces, toda la energía se gasta en la sanación. Entonces le doy un poco más a esa persona. Yo siempre controlo la cantidad de energía en las personas. Por fin llega un momento en que el organismo comienza a generar por sí solo suficiente cantidad de energía y ya no necesita energía adicional. Significa que la persona está sana.
-¿Es posible conservar las defensas del organismo? Y si se puede, ¿cómo hacerlo?
-Es bastante difícil en las condiciones de la Tierra: la atmósfera no está nada de limpia, las condiciones para generar energía dejan mucho que desear y las condiciones de vida hacen que el sistema inmunológico no alcance a apagar los focos de afección en el organismo. Así surgen las enfermedades.
-¿A usted le ha tocado sanar el SIDA?
-Sí, me tocó algunas veces.
-¿Por qué algunas veces? Si hubo personas que se liberaron del SIDA, ¿no llegaron muchos a otros a pedir su ayuda?
-Aquellos que sané de esa enfermedad ni siquiera sospechaban que la tenían. Usted sabe, Nina Nikoláievna, que yo no digo el diagnóstico a los enfermos.
-Avtandil Alekséievich, si usted sana el SIDA, ¿por qué no se lo dice a la gente?
-Nina Nikoláievna, de eso no hay que hablar, sino demostrarlo con la experiencia. Yo ofrecí mi ayuda, propuse elegir un grupo de diez-quince personas, que no hubieran empezado a ingerir medicamentos, pero mi ayuda fue rechazada.......

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